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PROPUESTA EDUCATIVA


Perfil del Alumno

El proyecto Educativo Salesiano, apunta a un destinatario preferencial: el joven en sus diferentes etapas evolutivas.

Por eso se van formulando itinerarios para llegar a esta formación integral, teniendo siempre presente los desafíos de la cultura juvenil.

Queremos promover una persona:

  • Que desarrolla su autoestima y la expresa en la alegría de vivir.
  • Que acepta su corporeidad y su identidad sexual, y las vive como camino de encuentro con el otro.
  • En búsqueda constante y humilde de la verdad.
  • Con capacidad crítica frente a todo intento de manipulación y deformación.
  • Enriquecido con los saberes y las competencias necesarios para transformar la realidad sociocultural, integrarse al mundo del trabajo y seguir aprendiendo durante toda la vida.
  • Capaz de crecer en libertad y desarrollar su iniciativa y creatividad, buscar soluciones a los problemas, desafíos y conflictos y tomar decisiones coherentes.
  • Que desarrolla paulatinamente su capacidad para aprender a aprender, aprender a conocer, a hacer, a convivir, a valorar y a ser.
  • Flexible para adaptarse a los cambios sin renunciar a los valores.
  • Capaz de comunicarse, crear vínculos interpersonales y vivir la amistad en comunión, lealtad y entrega desinteresada.
  • Servicial, trabajador, solidario, sensible ante las necesidades de los otros y dispuesto a promover la justicia y la paz.
  • Que asume la cultura de la vida, respeta y transforma la naturaleza.
  • Capaz de asumir personalmente responsabilidades en orden a su propio crecimiento y el de las comunidades y grupo en los que participa.
  • Abierto al crecimiento.
  • Que, escuchando al Espíritu, trabaja en la extensión del Reino, con creciente sentido de pertenencia eclesial.
  • Que experimente la presencia materna de María a lo largo de su vida.

Perfil del Docente

El educador salesiano tiene como modelo la figura de Jesús Buen Pastor y cultiva un corazón oratoriano. Por esto, asume el compromiso de ir creciendo en un perfil dinámico que responda a este modelo. Está llamado a ser una persona:

  • Consciente de su misión educativa y evangelizadora y de la fuerza e incidencia de su testimonio.
  • Con equilibrio psicológico y madurez afectiva.
  • Abierta a la conversión permanente y a la encarnación de la fe en la vida.
  • Con una mirada positiva hacia las personas y hacia el mundo.
  • Con sentido de pertenencia y corresponsabilidad institucional.
  • Capaz de construir relaciones interpersonales, de crecer y trabajar en equipo, ayudando así a formar y consolidar la CEP.
  • Que se proyecta con esperanza ante las exigencias del presente y busca soluciones con sabiduría evangélica.
  • Competente en su área e interesada en una capacitación y formación permanente.
  • Dispuesta/o a aprender con sus pares y sus alumnos, a autoevaluarse constantemente y a aceptar la evaluación que puede provenir de otros.
  • Con una actitud de diálogo constructivo que persuade y lleva a la solución pacífica de los conflictos.
  • Con una presencia cálida y cercana que hace que los educandos se sientan amados personalmente, capaz de aceptar y promover a los alumnos desde la realidad en que se encuentran y ayudarlos a desarrollar plenamente sus potencialidades.
  • Que ejerce la autoridad de modo paterno/materno como animación y servicio a los educandos.